La resistencia física está relacionada con los hábitos de vida sana, el nivel de entrenamiento y la edad del atleta. Corresponde a la capacidad de tolerancia a esfuerzos físicos durante un intervalo de tiempo y puede ser dividida en resistencia muscular y resistencia cardiovascular y ambas se relacionan con la motivación y la preparación física.
En lo que se refiere a la alimentación, tenemos que garantizar el aporte necesario de proteínas, hidratos de carbono y garantizar un buen nivel de hidratación.
Personas con hábitos saludables y rutinas de descanso mantienen niveles de resistencia física mayores que las personas muy estresadas y / o con pocas horas de sueño diarias. El estrés y la falta de horas de sueño promueven la secreción de sustancias en el organismo que afectan la capacidad de oxigenación cerebral y muscular.
Nuestra capacidad de resistencia está positivamente relacionada con el nivel de motivación. Cuando el atleta está mentalmente dispuesto a alcanzar determinado objetivo, la oxigenación cerebral es mayor, desencadenando otras reacciones que promueven sensación de bienestar y que contribuyen positivamente al aumento de la resistencia física. Por otro lado, aumentar la resistencia física es un trabajo que podemos hacer sin recurrir a grandes equipamientos.
En lo que se refiere a la edad, la tendencia será para perder resistencia con el avance de la edad, sin embargo, muchos estudios comprueban que es de las capacidades que con la actividad física regular menos se pierden. ¡No es por casualidad que cada vez más presenciamos sexagenarios en pruebas, y con excelentes resultados!
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